Llegamos cuando ya había oscurecido y nada más llegar nos pusimos manos a la obra con todos los preparativos del día siguiente.
Los primeros en levantarse fueron Manuel, Javier, Emilio y Marisa,acompañados de un cámara que filmó toda jornada, mientras que Ana, Jus y yo (Bea Tomás) aprovechabamos para dormir un poco más.. No hizo falta más de una hora de espera en el hide, más o menos sobre las 8 de la mañana, cuando nos llamaron para avisarnos de que habían capturado 27 Milanos reales.
Todo el grupo acudió a la zona para colaborar. Se realizaron los anillamientos correspondientes, se pusieron marcas alares, se tomaron los datos de biometría y muda de cada ejemplar y por último una extracción de sangre. Además de disfrutar y aprender un poco más de estas aves un poco más de cerca.
Finalizado el anillamiento y después de una buena comida en Binaced, nos decidimos a visitar un dormidero cercano de Milanos donde tuvimos ocasión de leer varias marcas alares de individuos marcados tanto este año como años anteriores.
Al día siguiente Jus y yo fuimos las acompañantes de Javier y Manuel en la espera, pero muy a nuestro pesar no hubo suerte. El día amaneció con niebla y ni buitres ni milanos se mostraban muy amistosos. Varios milanos se posaron pero levantaban el vuelo rápidamente mientras que un Aguilucho lagunero y un grupo de Buitres leonados les miraba con atención desde zonas más alejadas.
Al final nos rendimos después de pasar bastantes horas a la espera (ya eran casi las dos de la tarde) y emprendimos el regreso a Madrid.
Aunque parezca un final un pelín amargo, yo me marcho con el recuerdo de los vuelos a apenas un par de metros de distacia de una rapaz tan espectacular como el Milano real.
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